Cocinar con niños ¿es una buena idea?

 

Sííí… es una buena idea. Las vacaciones de Navidad nos dan tiempo libre para compartir con los más pequeños. Es importante pasar tiempo de calidad con ellos, y la cocina puede darnos muchos buenos momentos de complicidad, de trabajo en equipo, de educación nutricional, de valores, de destrezas… e incluso puede servir para ¡repasar en lectura y en mates! Siguiendo la receta, pesando ingredientes… ¡No dejes pasar esta oportunidad!

Cocinar en familia contribuye a la educación nutricional. Sabemos que los niños aprenden también por imitación, así que preparar la comida juntos, transmitiendo la importancia de una adecuada alimentación, por ejemplo preparando una ensalada, es un aprendizaje clave para la adquisición de hábitos de alimentación saludable, que seguirán ya como adultos.

Además, implicar a los niños no sólo en la preparación, sino también en la organización, en la planificación y en la compra de las comidas familiares  es también una buena estrategia para introducirles nuevos alimentos o aquellos de más difícil aceptación. Es clave para esto presentar los platos de forma divertida, con ingredientes que aporten vistosidad, colorido y refuercen el atractivo: preparar brochetas, pizzas caseras, tortilla, lasaña o ensaladas vegetales son una manera divertida y original para que los más pequeños vayan probando distintos sabores.

Cocinar en familia también es una actividad que refuerza el hecho de que la comida es un momento de placer, de diversión y de intercambio de experiencias.

Debemos empezar con tareas sencillas, remover, cortar con un cuchillo de plástico, manipular con las manos… la seguridad ante todo.  Desde preparaciones muy fáciles como preparar una macedonia de fruta fresca hasta más complicadas como preparar un bizcocho o unas galletas… nos darán múltiples oportunidades de aprendizaje que no debemos desaprovechar. Sin olvidar que implicando a los niños en estas tareas, felicitando mucho, les dará empoderamiento y otras destrezas muy importantes, como la paciencia, la perseverancia, manuales…

¡Atrévete a planificar y cocinar el menú semanal con los más peques!