15/09/2022
Durante las vacaciones de verano es más frecuente relajarnos respecto a los buenos hábitos, por eso, la vuelta al cole supone una buena oportunidad para inculcar a los niños hábitos saludables: rutinas de trabajo, horarios, sueño, actividades físicas y, por supuesto, hábitos alimentarios.
La alimentación infantil es importante por partida doble. Por un lado, una buena alimentación es fundamental para el correcto desarrollo y crecimiento de los niños. Por otro lado, en esta edad creamos y afianzamos los hábitos que perdurarán en la vida adulta, ayudando a prevenir problemas de salud tan graves como la obesidad, diabetes o la hipertensión.
Las actividades escolares requieren una gran cantidad de energía para los niños: actividad física, atención a los profesores durante horas, comprensión, memorización… Es por esto que necesitan un desayuno que les proporcione energía para toda la mañana y, por supuesto, nutrientes de calidad. Un buen desayuno estaría compuesto por hidratos de carbono de absorción lenta, grasas de calidad, proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales.
En el desayuno, podemos conseguir cientos de recetas rapidísimas combinando estos tres elementos: panes o cereales de grano entero + lácteos o bebidas vegetales + fruta. Algunos ejemplos serían:
Y partiendo de la base anterior, podemos añadir alimentos para conseguir recetas más elaboradas:
Como sugerencia, siempre que utilicemos una bebida vegetal distinta a la bebida de soja, es conveniente añadir un alimento proteico. Como en el último ejemplo, que hemos añadido el jamón cocido de Argal porque estamos utilizando bebida de almendra.
Sin embargo, para tomar a media mañana dentro del colegio, son preferibles las elaboraciones que aguanten mejor los golpes y balanceos dentro de la mochila. Por ello, son más comunes los bocadillos o tuppers bien cerrados.
A la hora de hacer un buen bocadillo, sándwich o tupper, conseguiremos cientos de recetas combinando estos tres elementos: panes o cereales de grano entero + proteína + fruta o verdura. Algunas opciones podrían ser:
Como te habrás dado cuenta no estamos nombrando a la grasa, esto es porque ya viene incluida nuestra grasa saludable en los alimentos que estamos empleando: aceite de oliva virgen extra, crema de cacahuete, almendras, queso, atún, huevo, jamón serrano…
Debido a las prisas o la falta de ideas saludables, un gran error que solemos cometer es recurrir al recurso “fácil”, estamos hablando de bollería, barritas, galletas, chocolatinas, zumos, cereales azucarados… Estos productos no requieren de elaboración, están por todas partes y normalmente su sabor gusta a los niños, pero lo cierto es que ofreciéndoles estos ultraprocesados no les estamos haciendo ningún favor. Tienen grandes cantidades de azúcar, harinas refinadas, grasas de mala calidad y sal que, además de desnutrirlos, dañan su salud y pueden producir bajones de energía, somnolencia, problemas de atención y aprendizaje, mal humor… Si el tiempo es un problema, una solución sería preparar las ideas saludables que hemos dado la noche anterior o dedicar un día de la semana a cocinar todo y congelarlo para ir sacándolo poco a poco.
¡Usa especias! Muchas veces los niños nos dicen que la comida no les gusta, que está sosa… y en la mayoría de los casos esto tiene una fácil solución, condimentar nuestros platos con distintas especias y combinaciones de ellas. Además de dar un increíble toque de sabor, olor y color, os beneficiaréis de sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y cardioprotectoras, entre otras.