Ramón de Cangas

Saborea las fiestas

Ramón de Cangas

Saborea las fiestas

23/12/2022

Ya estamos inmersos en las celebraciones típicas de estas fechas y es fácil dejarse llevar por el ambiente de estas festividades que tienen implícito disfrutar de sabrosos platos, nada hipocalóricos en la mayoría de los casos… Y, al mismo tiempo, no debemos predisponernos a dar por hecho que disfrutar de estas fiestas lleva consigo incrementar nuestra grasa corporal, lo que suele verse traducido en un aumento de peso o, todo lo contrario, sufrir innecesariamente por mantener una actitud estricta de control obsesivo y poco realista ante la comida.

En primer lugar, dejemos a un lado la cuestión del peso y centrémonos en lo importante: el peso oscila en un mismo día y es un dato un tanto subjetivo si tenemos en cuenta las características físicas de cada persona, tales como la altura, su porcentaje de masa muscular, posible retención de líquido (intra y extracelular) y un largo etcétera. Evitemos estar pesándonos estos días y apliquemos más consciencia y menos control, a la hora de disfrutar de estas fechas y sus platos y postres típicos.

Huelga decir que si el resto del tiempo mantienes unos hábitos de vida saludable, te mantienes hidratado/a, realizas actividad física y te alimentas de forma adecuada… unos excesos puntuales no tienen necesariamente que suponer un problema para la salud, siempre y cuando no exista una patología que justifique lo contrario. No obstante, existen recomendaciones interesantes que muchas veces se nos pasan por alto:

  • El sueño: Hacer todo lo posible para tener un descanso de calidad (un sueño reparador), lo cual es un factor a tener en cuenta para que nuestra percepción de hambre y saciedad no se vea comprometida. De este modo, evitaremos comer en exceso e, incluso, facilitaremos a nuestro cuerpo la pérdida de grasa si hemos disfrutado de un sueño de calidad.
  • Tiempo de desconexión y descanso: Por otro lado, tomar algún tiempo aparte para disfrutar de los pequeños placeres del autocuidado… evitará que el cortisol (la conocida hormona del estrés) se segregue en exceso favoreciendo el incremento de grasa y ocasionando otras alteraciones que perjudican la homeostasis (equilibrio interno de nuestro organismo) tan necesaria para la salud, el bienestar y la felicidad de todos nosotros.
  • Beber agua antes de empezar a comer y durante las comidas: El agua no engorda si la ingieres mientras comes, ¡es un mito! La hidratación es importante y tomarnos el tiempo de beber agua nos da espacio para preguntarnos si realmente estamos lo suficientemente saciados.
    Evita las bebidas altamente azucaradas en las comidas. El agua es la mejor aliada en la mesa para acompañar los alimentos. De ese modo, degustaremos auténticamente el sabor de los platos que estamos disfrutando. Ya habrá tiempo de dulce cuando lleguemos al postre (si es que te apetece).
  • Pon límites: Puedes rechazar amablemente el probar un plato que no te apetece, repetir o, quizá, prefieras no seguir comiendo. Comer por compromiso y sin hambre es del todo desaconsejable y daña nuestra autoestima porque no estamos aplicando sanos límites y, además, no estamos respetando nuestras propias necesidades.
  • No te castigues absurdamente: Si una comida ha sido más copiosa de lo habitual, no tienes que sentirte culpable, simplemente intenta dar más atención a tu alimentación en las próximas ingestas para garantizar que tu dieta diaria esté siendo equilibrada y que tu cuerpo está recibiendo todos los nutrientes que necesita. Y, a su vez, valoremos si hay algún alimento que no nos sienta todo lo bien que nos gustaría. No normalices sentirte hinchado/a. Olvidemos la culpa y apliquemos RESPONSABILIDAD.
  • ¡¡Respira!! Inspira por la nariz y disfruta de los sabores de los alimentos. Come despacio y mastica bien: Parece una obviedad y ¡cuántas veces lo habremos escuchado! Y es que tiene su razón de ser, si comemos rápidamente, no damos tiempo a que nuestra hormona de saciedad nos avise de cuándo estamos realmente saciados y cuándo no. Además, masticar despacio favorece la digestión y nadie quiere sentirse incómodamente hinchado y mucho menos en pleno evento de celebración, ¿verdad?

 

Ten en cuenta que puedes comer y disfrutar comiendo y, al mismo tiempo, dando atención a tus sensaciones y a tus emociones; de ese modo reconocerás cuándo estás confundiendo el hambre física con el hambre emocional. Disfrutar de la comida no implica que esta se convierta en un analgésico emocional que nos ayuda a inhibir otras cuestiones internas. Escucharnos y atendernos es importante y debemos recordar que lo podemos hacer en espacios seguros y en compañía de personas que nos pueden ayudar a reconocer y autorregular ciertos procesos internos ¡tan naturales como necesarios! Entendamos que disfrutar de la comida es una cosa, pero que usarla como inhibición es otra.

  • Haz actividad física y come para cuidar de ti y sentirte bien contigo mismo/a, no porque exista una condición que te aflija y que te esté impidiendo ser feliz y disfrutar. Por lo tanto, nada de pasar hambre extrema el día antes o después de una comida o cena que se prevé abundante. Y piensa si aconsejarías a alguien que quieres mucho hacer una sesión maratoniana y excesiva de actividad física, a modo de castigo, para que liberara la culpa de haberse saltado la dieta o haber comido en exceso. El equilibrio de tus acciones se traducirá en el equilibro de tu salud y bienestar físico, incluido el emocional.

Recordemos que los mensajes radicales en nutrición, restricciones imposibles o poco realistas, solo nos complican la vida y dificultan la adhesión de un estilo de vida saludable, además de carecer de evidencia científica. Apliquemos consciencia, atención y sentido común.

 

Cada vez la evidencia científica es mayor cuando hablamos de microbiota y salud mental; es por ello que está tomando más importancia que nunca el cuidado de nuestro cuerpo a través de la alimentación. ¡¡Come para nutrir tu cuerpo y disfrutar nutriéndolo porque hacerlo no está ligado a dietas restrictivas ni excluye alimentos sabrosos!! Tengamos en cuenta que podemos aprender a comer en base a nuestra edad, físico y circunstancias personales actuales de la mano de un Dietista-Nutricionista y esa seguramente sea una de las mejores inversiones en salud, bienestar y felicidad que hagamos y que nos agradezcamos ahora y en el futuro.

¡¡UN DIA ES UN DÍA!! Disfruta e inicia el año comprometido/a contigo mismo/a y con kilogramos extra de amor propio y ganas de vivir.

¡¡Feliz año 2023!!

Dr. Ramón de Cangas Morán & Roma Health Coach (Rocío M. López)
Bibliografía: “Microbiota y Alimentación Consciente”- Oberón 2022 –