La importancia de comer despacio

Muchas veces comer despacio no es fácil, las prisas, vivir acelerados, mucho apetito… El proceso digestivo para asimilar todos los nutrientes requiere su tiempo, la masticación de los alimentos es su primera fase, y ya os avanzamos que deberíamos dedicarle unos 20 minutos a cada comida. ¿Demasiado tiempo? Te lo explicamos a continuación.

Los inconvenientes de comer rápido son varios; por un lado, los fisiológicos. Como no masticamos bien, “engullimos”, lo primero es que la sensación de saciedad será más tardía, tendiendo a comer más; luego, debemos tener en cuenta que la digestión será mucho más lenta pudiendo aparecer cierta sensación de indigestión, gases, hinchazón, acidez, sensación de pesadez…

Por otro lado, los beneficios de comer despacio son muchos. De entrada, si ponemos la mesa y nos sentamos un rato, disfrutaremos más de la comida, saboreando los alimentos. Por supuesto, masticar bien implica digestiones más fáciles y más ligeras. El hecho de comer despacio también nos hace tener más control sobre la saciedad y nos ayuda a mantener un peso saludable, así como ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre. Además, y no menos importante, comer despacio puede ser un factor protector para la obesidad o el sobrepeso.

Cambiar este hábito, como todo, necesita de tiempo y constancia.  La primera consideración para intentar comer más despacio es masticar bien los alimentos, y así dedicarle unas 20 veces a cada bocado. Esto favorece que nuestro cuerpo active el proceso de digestión empezando a liberar ácidos y enzimas que ayudarán a obtener los nutrientes de los alimentos.  Otras técnicas conductuales pueden ser, comer en platos pequeños, soltar los cubiertos en cada bocado y no cogerlos hasta haber masticado bien, sentarnos en la mesa, beber agua entre la comida, eliminar distracciones y practicar el mindfull eating  y controlar el tiempo de las comidas, ¡nunca menos de 20 minutos!

Ya en el desayuno podemos empezar practicando la calma en las comidas. Un desayuno equilibrado y saludable ayuda a mejorar el estado nutricional, aumenta el rendimiento físico, incrementa la concentración y la memoria, da alegría y buen humor, ayuda a controlar el peso y es un buen hábito para toda la familia. Te atreves con un desayuno Lowcarb  con jamón cocido Argal Bonnatur, huevo escalfado y pepino, brotes de espinacas frescas, rodajas de tomate, con un café con leche desnatada… ¡Pon el despertador 20 minutos antes!