Ana Azanza

Abrazar árboles para relajar el sistema nervioso simpático

Ana Azanza

Abrazar árboles para relajar el sistema nervioso simpático

31/12/2022

Y ¿qué es el sistema nervioso simpático? Es la parte del sistema nervioso que es contrario al parasimpático. Son las dos caras de una misma moneda. Cuando uno se activa el otro se relaja, pero los dos son necesarios.

De nuestra médula espinal, que está protegida por las vértebras, salen treinta y un pares de nervios espinales que van a inervar brazos, piernas y órganos. Dentro de estos nervios hay fibras, lo mismo que si se tratara de cables eléctricos. Las hay de diversos tipos: sensitivas, motoras, simpáticas o parasimpáticas.

En definitiva, que tenemos un sistema nervioso autónomo que funciona de forma automática según las situaciones que nos toca vivir y que se divide en simpático y parasimpático.

El simpático actúa en situaciones estresantes, de miedo, peligro o necesidad de actuar, preparando nuestros músculos para correr, huir o entrar en acción. Y el parasimpático prepara nuestras vísceras para la digestión, el sueño y la reparación.

Por ejemplo, en momentos de mucha actividad y trabajo estresante, no tenemos ganas de orinar, lo que tenemos es la boca seca. Tampoco se oyen ruidos ni secreciones en nuestras tripas porque no es el momento de comer, ni tampoco nos entra el sueño porque no es hora de dormir. Tenemos activado el simpático.

Todas las personas dependemos de los dos sistemas y a los dos necesitamos, pero mientras unas son constitucionalmente más propensas a tener activado el simpático porque son más nerviosas, activas, preocupadas o estresadas y suelen alterarse más, otras son de naturaleza más tranquila, más despreocupadas; nada les quita el sueño y ninguna comida les sienta mal, porque su sistema dominante es el parasimpático.

Aunque lo correcto es que trabajen coordinadamente y de forma equilibrada cada vez que la situación lo requiera, sin duda alguna, el que más problemas de salud causa cunado se excede es el simpático.

No es bueno estar en permanente tensión nerviosa porque baja las defensas y nos predispone a los tumores y a todas las enfermedades.

Hay que aprender a relajarse y para ello se pueden tomar una serie de medidas:

  1. Relativizar y no agrandar los problemas más de lo que son. No preocuparse, solo ocuparse.
  2. No discutir ni enfadarse. Ser más tolerante con los demás.
  3. Alejarse de personas tóxicas y vampiros que te chupan la energía.
  4. Organizarse bien y poner orden en la vida para limitar el estrés todo lo que se pueda.
  5. Tomar mucho vegetal en la dieta.
  6. No comer alimentos muy sazonados o picantes ni grasosos.
  7. Beber mucha agua.
  8. Suplementar con minerales relajantes como citratos de potasio y magnesio.
  9. Hacer conexión a tierra caminando descalzos siempre que se pueda, sobre la hierba, la arena, la piedra o la madera. No llevar calzado con suela plástica.
  10. Bañarse en bañera con agua con sal o en el mar, para que a través de la piel se vayan todos los tóxicos y el agua retenida en nuestro cuerpo.
  11. Hacer ejercicio, caminar, respirar a pleno pulmón y tomando el sol.
  12. Meditar y hacer actividades relajantes.
  13. Y abrazarse a los árboles. Aprovechar cada ocasión, cada excursión, para agarrarse a los troncos estando descalzos, descargando así, toda la electricidad estática que se acumula en la columna y en los músculos contraídos y tensionados.