Ana Azanza

Psiconutrición, alimentación con cabeza

Ana Azanza

Psiconutrición, alimentación con cabeza

12/07/2018

No comer con ansiedad ni por ansiedad

Uno de los males de nuestro tiempo es la ansiedad y las prisas. Cada vez los ciudadanos de las sociedades modernas padecemos de más estrés y nos autoexigimos más: lo queremos todo y lo queremos para ya mismo, y eso a menudo no es posible ni tampoco deseable.

Y como tenemos abundancia de alimentos, y sobre todo de alimentos “fáciles” de tomar y cargados de sabor, nos refugiamos en ellos en momentos de estrés o de frustración.

¿Y qué buscamos comiendo a deshoras o comiendo de más? pues encontrar sensaciones, sabores agradables que nos calmen la ansiedad, en definitiva, recuperar el equilibrio emocional.

No es algo consciente, es algo instintivo, que tenemos arraigado desde la 1ª infancia cuando chupábamos de la teta, del chupete o el pulgar para calmar la ansiedad y el llanto. Y eso es debido a que nuestro intestino es el 2º cerebro donde se producen los neurotransmisores, como la serotonina, la hormona de la calma y la felicidad. Este 2º cerebro está totalmente vinculado con el 1º cerebro, el uno es más racional y el otro más visceral pero se comunican.

Comer con consciencia

Y precisamente porque vive en una sociedad “avanzada” el hombre debe reencontrase consigo mismo, debe aprender a buscar su esencia y sus prioridades, a cuidar su salud. Y para ello lo primero es aprender a comer con conciencia, a comer como se hizo siempre:

  • en familia
  • con horarios sagrados
  • con alimentos cocinados en casa
  • con alimentos de temporada.
  • sin prisas
  • sin levantarse de la mesa hasta terminar de comer
  • sin teles
  • saboreando y masticando bien cada bocado

Y sobre todo agradeciendo “los alimentos que vamos a comer”.

Fdo. Ana Azanza