04/09/2018
En realidad a lo largo de todo el ciclo de vida se debe comer de una forma similar, puede que cambie el tamaño de las raciones pero el patrón mediterráneo es la mejor referencia para ser recomendada como modelo dietético. En los diferentes momentos del ciclo vital sí puede haber algunas pequeñas diferencias en cuanto a las recomendaciones de ingesta.
Alimentación en la infancia
Un niño (podemos hablar desde la edad preescolar hasta la preadolescencia) no tiene por qué comer diferente de un adulto, salvando como es lógico que lo hará en menor cantidad. Sin embargo no es necesario preocuparse por forzarle a comer etc (de hecho es un error) ya que si no existe ninguna patología que lo impida y que por tanto se debería tratar, el hambre es el mejor indicador de las necesidades nutricionales (si el niño sigue un patrón mediterráneo comerá de todo cuando tenga hambre y por tanto no habrá un déficit nutricional). Puede haber diferencias lógicas (en un niño de 3 años por razones obvias será preferible carne picada que un filete o puré de patata que patatas fritas).
Una comida interesante del niño puede ser el desayuno. Aunque hay cierta controversia sobre el tema, no se puede obviar que ciertos estudios científicos señalan que los niños que desayunan tienen un mejor rendimiento escolar (parece que, entre otras cosas, especialmente hay mejorías en la memoria). Obviamente siempre que se trate de un desayuno saludable que excluya de forma habitual (un día es un día) alimentos ultraprocesados (bollería industrial).
Alimentación en la adolescencia
Tal como indica la interesante guía de Alimentación y Dietoterapia de Pilar Cervera, Jaume Clapés y Rita Rigolfas, en esta etapa debemos presentar especial atención a las proteínas, vitaminas (en este periodo hay muchos procesos metabólicos especialmente activos por ello varias de ellas están incrementadas en las recomendaciones de ingesta) y los minerales especialmente algunos como el calcio puesto que es vital para el desarrollo del esqueleto y el hierro ( hay un incremento significativo del volumen sanguíneo)
Alimentación en el embarazo
Una alimentación adecuada durante este periodo facilita una más pronta recuperación tras el parto y reduce el riesgo de sufrir complicaciones típicas. Salvo que una patología lo justifique no se necesitan dietas específicas, ni eliminar grupos de alimentos ni ser muy restrictivo. Pese a lo que muchos creen, una mujer embarazada no debe comer por dos, por ello la mejor manera de asegurar que la alimentación es la correcta en cuanto a energía es un aumento de peso suficiente dentro del intervalo previsto. Ganar más es perjudicial y ganar menos puede indicar que no se consume la energía necesaria.
Durante el embarazo se incrementan las necesidades de muchos nutrientes como el calcio (ojo a los lácteos), hierro (ojo a las carnes, productos cárnicos etc…), ácido fólico etc… El aporte suficiente de ácidos grasos omega 3 de cadena larga es interesante, en este sentido el consumo de pescado azul es una ayuda aunque para evitar los posibles metales pesados como el mercurio es preferible que sean pequeños ( sardinillas, caballa..).
Alimentación de la madre en la lactancia:
Durante este periodo las recomendaciones de lácteos en la mujer lactante están incrementadas, ya que son un elemento fundamental para la mineralización ósea del bebé, siendo aconsejable tomar cuatro raciones al día.
Se recomienda respecto a las carnes dar preferencia a las carnes magras y tomar pescado al menos cuatro veces a la semana e incluso más y tanto blancos como azules. También consumir huevos (la creencia de que el consumo de huevos incrementa los niveles de colesterol es un mito). Se debe dar importancia a los alimentos de origen vegetal como cereales, preferiblemente de grano entero, y legumbres, por su aporte proteico e hidratos de carbono complejos y su baja cantidad grasa y por supuesto las frutas, verduras-hortalizas.
Alimentación en la edad adulta
En la edad adulta es especialmente importante vigilar ciertos micronutrientes, como el calcio y la vitamina D, como factores preventivos de osteoporosis, reducir el sodio (vigilar la sal) e incrementar el potasio y el sodio por su relación con la presión arterial.
Alimentación en las personas mayores
Esta es una etapa donde además de tener en cuenta todo lo anterior, es importante evitar la pérdida de masa muscular bastante habitual en este periodo. Desde el punto de vista nutricional se recomienda ingerir un poco más de proteínas de elevado valor biológico. Por eso la carnes, pescados, huevos y lácteos (sin despreciar las fuentes proteicas vegetales) cobran especial relevancia. Por problemas de masticación (frecuentes en ancianos que pueden haber perdido varias piezas dentales) y deglución, la forma de preparar y cocinar los alimento es importante (blandos, “picados”). Algunos fiambres y embutidos pueden ser también útiles como complemento de la dieta.
Se ha dicho muchas veces que en las personas ancianas el consumo de abundantes frutas, verduras y hortalizas es casi una medicina, y en parte así es porque permite evitar problemas como estreñimiento ( tan típicos en este periodo) y además mantener un patrón dietético que se relaciona con una mayor calidad de vida etc.
La forma de comer no debe variar mucho durante todo el ciclo vital, el tamaño de las raciones, la forma de preparación y la importancia de determinados nutrientes puede variar pero el patrón dietético general debe seguir siendo el mismo.
Fdo. Ramón De Cangas