23/08/2021
En verano, como sucede durante el resto del año, se recomienda seguir una alimentación saludable, que tenga en cuenta los alimentos de temporada. Las frutas y verduras son especialmente recomendadas en esta época del año por su alto contenido en agua, lo cual mejora la hidratación. Es importante entender que para estar bien hidratados hay que ingerir, principalmente, agua.
Una dieta saludable debe ser siempre rica en alimentos frescos de origen vegetal (verduras-hortalizas y frutas) e incluir las legumbres, los frutos secos y los cereales de grano entero.
Para cocinar y aliñar la mejor opción es el aceite de oliva virgen extra que entre sus múltiplos beneficios es el responsable de sus propiedades antinflamatorias, gracias al Oleocantal, un compuesto orgánico natural que se encuentra en los aceites vírgenes. Forma parte de la familia de los polifenoles y presenta un función antinflamatoria similar a la producida por los fármacos antiinflamatorios no esteroideos, como es el caso del ibuprofeno, por ejemplo. En diferentes estudios se considera que cuanto más intenso sea el aceite mayor será su efecto antiinflamatorio.
Se aconseja reducir el consumo de sal y sustituirlo por especias y hierbas aromáticas. Incluir cebolla, ajo, vinagre y zumo de limón en aliños y aderezos es interesante desde el punto de vista nutricional ya que se incrementa la presencia de potasio en nuestra dieta, lo cual es importante para la salud cardiovascular.
Muchas personas dejan de consumir lácteos ante la creencia de que la lactosa puede ser perjudicial. Recientes estudios desvelan que “los productos lácteos pueden disminuir los riesgos de la enfermedad inflamatoria intestinal”; por lo tanto, la relación entre la enfermedad inflamatoria intestinal y los alimentos que contienen lactosa está mal definida convirtiéndose así en un tema polémico. Una vez más, desaconsejo los mensajes radicales ya que suponen la exclusión de un tipo de alimento de la dieta sin causa justificada y recomiendo acudir a un especialista, Dietista-Nutricionista, para valorar el tipo de dieta más adecuada para cada persona, según sus necesidades y las características propias de su organismo.
Un plato de jamón ibérico, cecina o lomo embuchado es una buena opción ya que estamos ingiriendo una fuente de proteínas de calidad, baja en grasa saturada (y en el caso del jamón ibérico rica en grasa monoinsaturada) y con aporte de minerales como hierro. Si bien es cierto que su contenido en sodio es significativo, si el resto de las jornadas se regula la ingesta de sal no hay motivo para suponer un problema. Además, permite mantener los niveles de glucosa bajo control, lo cual lo hace muy interesante para diabéticos.
Ensalada mixta (incluyendo huevo cocido) puede ser una buena opción.
Pulpo a la parrilla, calamares a la plancha, gamba o langostinos a la plancha, almejas al vapor, mariscos cocidos, chipirones, etc. son ejemplos de raciones que se puede consumir también si eres diabético, sin preocupación por los niveles de glucosa.
Pescados al horno, a la plancha o a la parrilla acompañados de verduras-hortalizas son otra opción a tener muy en cuenta.
Pollo al horno, plancha o parrilla, solomillo de ternera o cerdo a la plancha o parrilla, conejo al horno o a la parrilla. Con acompañamiento de verduras-hortalizas.
Un bocadillo o un sándwich mixto puede sustituir perfectamente una comida de mediodía (por ejemplo). Todo depende de cómo se prepare y su contenido, por supuesto. Un bocadillo o sándwich elaborado con dos rebanadas de pan integral (preferiblemente pan de masa madre), una lata de atún al natural, gambas cocidas y una generosa porción de pechuga de pavo cocida junto a unas rodajas de tomate, unos espárragos blancos de lata y unas hojas de lechuga o espinaca y unos pepinillos, por ejemplo, puede ser una fácil solución para la falta de tiempo. Además, su aporte calórico es razonable ya que tiene muy poca grasa y apenas nada de grasa saturada, nutre al organismo con proteínas de elevado valor biológico y supone una dosis importante de fibra.
Postre: Fruta como sandia, melón, arándanos, piña, cerezas… Son una buena opción nutricional, sabrosa y refrescante para los días de calor.
¡Cómete el verano y disfruta nutriéndote!