


15/10/2021
Puedes leer la entrevista completa de estas emprendedoras con la historia del proyecto, sus principios y cómo lo han sacado adelante en Moove Magazine.
“Gente que ama lo que hace” es una sección con la que queremos descubriros personas que destilan energía, motivación y ganas por conseguir objetivos. En este caso, Clara y Minerva, fundadoras de la marca de bolsos Mipoppins, además de tener estas cualidades, tenían la voluntad por hacer las cosas cotidianas más fáciles.
Los grandes inventos de la historia han nacido a raíz de la necesidad humana, y en el caso de Mipoppins, ésta radicaba en algo sencillo: ahorrar tiempo cuando buscas las llaves (o lo que sea) en un bolso. Y es que fue esa la señal para las emprendedoras Clara y Minerva Aceves Luquero de que tenían que diseñar un bolso adaptado al ritmo frenético que muchas mujeres tienen en su día a día, sin dejar de lado la estética.
Sin embargo, no querían que su producto fuera uno de los muchos otros bolsos existentes en el mercado, sino que éstos tuvieran un impacto positivo no sólo para quien lo compra, sino también para los demás y, en definitiva, para el mundo en el que vivimos. Por lo tanto, como materia prima para sus diseños descartaron de inicio cualquier tipo de material plástico y el cuero animal, el primero por provenir del petróleo (bastante contaminante) y el otro por tener de por medio el sufrimiento animal.
Esto en un principio podía suponer un impedimento, ya que el diseño que ellas tenían en mente necesitaba de un mínimo de cuerpo y además muchos fabricantes no estaban por la labor de trabajar con un material distinto al cuero. Pero también suponía un reto, algo que sin duda resulta muy estimulante para cualquiera, y por ello comenzaron la búsqueda del material perfecto.
Y es en esas cuando encontraron el Piñatex, patentado por la española Carmen Hinojosa. También tenían la opción del corcho, pero la historia detrás de este material y de Carmen las cautivó: una mujer decidida a encontrar una alternativa al cuero y con la voluntad de que quienes trabajaran ese material, lo hicieran en condiciones dignas. Otro plus: el Piñatex se produce con la fibra de la hoja de las plantas de las piñas, un residuo que tiene un precio por deshacerse de él, algo que ahora no sería necesario al darle una nueva vida a través de estos bolsos.
Clara y Minerva comenzaron su andadura en el mundo de los bolsos con una línea que fuera de estilo atemporal y que además tuvieran su interior compartimentado para cumplir ese deseo de abrir el bolso y tener a la vista todo lo que hay en él. De esta forma, no se malgasta el tiempo rebuscando en aquello que necesitamos.
En cuanto a su fabricación, ésta se desarrolla en Madrid. El interior está fabricado en algodón orgánico con certificado GOTs y lo más importante: las bolsas presentes en el interior del bolso están hechas en el taller textil Customizando, donde trabajan mujeres en riesgo de exclusión social. Además, el 5% del precio del bolso está destinado a ONGs que trabajan por mejorar la vida de las mujeres en cualquier país. Concretamente, ahora se encuentran colaborando con la fundación Mujeres por África y la Fundación Ana Bella.
¿Y qué está por venir? Una línea de pendientes fabricados con restos de patronaje y una colección unisex que también sirva al público masculino, en la que prevén utilizar otro material sostenible, un “cuero del vino” elaborado con los residuos de la prensa de la uva.

Clara y Minerva han apostado por un proyecto inspirador, responsable, y que sobre todo les apasiona, no lo ven como un trabajo más para ganar dinero, sino como una labor con vistas de mejorar vidas.
¿Se puede pedir algo más de un proyecto? A mi me parece que no.