


07/01/2022
El día después de Reyes es tradicionalmente el día del pistoletazo de salida. Con el roscón todavía sin digerir, comenzamos la dieta y esos paseos que nos harán regresar al antes. Pero ¿a cuál de los antes?
Habitualmente es lo que hacemos: un poco de dieta y ponernos los cascos y salir a correr o pasear en el frío enero o bien, apuntarnos al gimnasio, con la intención de recuperar el peso o figura perdida en Navidad.
Y eso está genial para los que habitualmente se cuidan y están en forma, pero no es suficiente para los que poco a poco han ido ganando kilos o empeorando su salud, año tras año, por falta de disciplina, por estrés, por llevar una vida demasiado ocupada o desordenada o por el motivo que sea, que cada cual tiene el suyo.
Y como yo estoy dentro de este último grupo, y comprendo muy bien a los desorganizados, este año he decidido crear un programa, el programa Salutem, para mí y para los que se apunten conmigo.
¿Y qué va a tener de diferente? Que va a durar 6 meses. Hasta el 7 de julio San Fermín, no se baja nadie del tren.
Y eso ¿por qué?
Porque no basta con estar unas semanas en plan, se trata de cambiar la mentalidad, de crear hábitos saludables, de planificar menús y organizar bien la vida, dando prioridad a lo realmente importante: nuestra salud.
Llevamos ya dos años horribles con el tema de la pandemia. Y lo cierto es que la auténtica solución (así lo veo yo), es que este virus o cualquier otro de su familia, nos pille estando fuertes y sanos.
La virulencia del agente infeccioso es un factor importante en la cadena epidemiológica, no cabe duda, pero más lo es, el estado o susceptibilidad del huésped.
Si te pilla sano, fuerte y en forma, el bicho no lo tiene fácil, pero nada fácil.
Pero no solemos cuidarnos porque estamos acostumbrados a confiar demasiado en el sistema sanitario, en los fármacos y en el “ya me curarán”.
Pero esta pandemia está poniendo todo en su sitio: cualquiera puede enfermar, es verdad, pero las ambulancias en la trágica primera ola, no paraban de trasladar a personas con sobrepeso, diabéticos e hipertensos. Y los que fallecieron fueron las debilitadas personas mayores.
Y bueno ¿qué hemos de hacer para cuidarnos?
Poner en práctica con consistencia y persistencia, lo que ya sabemos:
Para esto apaguemos la televisión y la radio con sus noticiarios. No hace falta conocer al dedillo las incidencias acumuladas, los enfermos en UCIs ni el parte de fallecidos. Todos los años hay miles de muertes por enfermedades de todo tipo: infecciosas, cardiocirculatorias, oncológicas, diabéticas y un largo etc…y jamás se ha dado el parte diario ni tan siquiera anual.
Hoy más que nunca es importantísimo sentirse integrante de un grupo de amigos, de una familia, de unos compañeros de trabajo…Necesitamos calor humano, alegría y afecto. Abracémonos esta Navidad.
Muchas verduras y hortalizas, carnes y pescados, huevos, grasas saludables y todo lo que ya hemos comentado miles de veces.
Bebamos la suficiente agua, a ser posible revitalizada y filtrada.
El sedentarismo es tan culpable como la alimentación inadecuada, del deterioro del estado físico y la mala salud.
El contacto con los animales, con las plantas, ir de excursión, salir al campo, caminar descalzos en la hierba, en la arena, tomar el sol y respirar hondo a pleno pulmón, escuchar las olas del mar, las hojas de los árboles, la lluvia….
Menos jabones, perfumes, suavizantes, ambientadores y productos químicos.
Fomentar la creatividad, mirar las cosas desde diferentes ángulos, no encorsetarnos, viajar, charlar, preguntar, leer, aprender y jugar, escuchar música…en definitiva divertirnos…
¡Feliz Navidad a todos!