Taller Argal

Si tienes la intención de mejorar tu alimentación por algún sitio habrá que empezar y aunque yo lo primero que te recomiendo siempre es armarte de paciencia para ir añadiendo cambios progresivos en tus hábitos (no intentes hacerlo todo de golpe), lo segundo será una buena organización.

Planificar las comidas y hacer una buena lista de la compra es vital para tener el control de todo lo que comemos y así de esta manera no dejar paso a la improvisación, que nos puede llevar a desistir de nuestro objetivo inicial y acabar consumiendo alimentos menos saludables.

Así que la organización se convierte en una aliada para poder alcanzar nuestra meta y nos aporta muchos beneficios,

Ahorrarás en la cesta de la compra, ya que solo vas a comprar lo que pone en la lista
Cómo has planificado tus comidas puedes elegir alimentos de temporada y locales, de manera que también te saldrá más económico, fomentarás la economía local y cuidarás más del medioambiente.
Disfrutarás de más tiempo, ya que no hará falta bajar varias veces a la semana al mercado
y por supuesto mejoraras tu salud.

Para empezar, lo primero será organizar adecuadamente las comidas y cenas de la semana (es decir, hacer una planificación semanal), basándote en tus gustos, en preparaciones que sean saludables pero muy importante también es que tengas en cuenta lo que tienes en la nevera, la despensa y el congelador. De esta manera irás consumiendo aquellos alimentos que ya tienes en casa sin dejar que se estropeen y evitando de esta manera desechar y gastar más dinero del que toca.

Además no olvides añadir aquellas preparaciones que sueles consumir tanto en el desayuno, las meriendas o almuerzos, no sea que te pille de imprevisto y acabes comiendo un snack u otra comida poco saludable.

Cuando ya tienes realmente claro todos los alimentos que tienes en casa y lo que vas a cocinar, ha llegado el momento de hacer la lista de la compra. Para ello lo ideal es dividir los alimentos por grupos, por ejemplo:

Verduras: lechuga, tomates, cebollas, espárragos verdes
Frutas: aguacate, piña, fresas, melón
Huevos y lácteos: huevos, queso fresco, leche, bebida de almendras
Carnes y fiambres: pollo, pavo, jamón serrano
Pescados: lenguado, salmón, merluza
Frutos secos y cereales: pan integral, copos de avena, nueces, pasta integral
Legumbres y derivados: garbanzos, lentejas, tofu
Otros: aceite de oliva virgen extra, vinagre, sal, tomillo, pimienta

De esta manera y si te ciñes a la lista, la compra va a ser más rápida y desde luego va a ser difícil que se te olvide algo.

Procura evitar hacer la lista de la compra con el estómago vacío.
Si te enfrentas a todos los productos llamativos del super con hambre es más fácil que termines comprando más cosas de las que tenías previstas y en la mayoría de los casos menos saludables.

Otro punto importante es hacer una buena lectura del etiquetado nutricional, fijándote siempre en la cantidad de grasas y el tipo, el contenido en azúcar, en sal y cuantos menos aditivos mejor.

Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica

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Elisa Escorihuela

Organiza la compra saludablemente

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