CÓMO SABER DIFERENCIAR LOS EMBUTIDOS QUE SON DE GRAN CALIDAD
Los embutidos son alimentos que se obtienen mediante la mezcla de carnes (generalmente de cerdo) y especies. Son alimentos que, principalmente por su contenido en grasa, no gozan de muy buena fama, pero esto no tiene por qué ser así. Todo depende de qué embutidos se elijan y cómo se combinen y se consuman.
En la charcutería encontramos una gran diversidad de embutidos: chorizo, salchichón, longaniza, sobrasada, morcilla, lomo embuchado…, además de sus distintas variedades. No todos los embutidos son igual de saludables, ni tampoco las distintas variedades, ¡el secreto está en aprender a seleccionarlos!
Por un lado, el lomo embuchado es uno de los embutidos con menos cantidad de grasa ya que es simplemente el lomo del cerdo embutido y curado, en pieza, y además puedes quitarle el ribete graso. En la charcutería encontramos otros alimentos, no embutidos, como el jamón serrano (sin la parte grasa) o el jamón cocido, que tienen un contenido de grasa muy bajo, especialmente el jamón cocido o el pavo cocido Bonnatur de Argal.
Por otro lado, el chorizo, el salchichón, la morcilla, la sobrasada… son embutidos con más contenido graso. Pero ¡atención! no todos tienen la misma cantidad. Un pequeño truco es fijarse en las motitas blancas que tenga el corte del embutido. A menos motitas blancas, menos cantidad de grasa tendrá. Por ejemplo, en el caso del chorizo Argal, el de Regio y el de Vela son los de mayor calidad.
En cuanto a los embutidos ibéricos, la carne que se utiliza en la elaboración procede de otras razas de cerdo que, además de estar al aire libre y poder tener una actividad física moderada, han ingerido bellotas y otros vegetales, lo que les otorga mejores características sensoriales y nutricionales. Su crianza hace que el tipo de grasa que contienen sea distinta a la de los demás embutidos ya que se trata de una grasa insaturada, es decir una grasa más saludable.
Por último, resaltamos que a pesar de que hay embutidos que podemos tomar con más frecuencia que otros, como los ibéricos o el lomo embuchado de Argal, también hay que tener en cuenta cómo se combinan. Por ejemplo, es distinto pasarse el día picoteando fuet, que tomar una ración de jamón ibérico al plato Argal junto con un puré de calabacín y unas tostadas con pulpa de tomate y aceite de oliva virgen ¡Una cena completa y saludable!
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