Los mitos y las realidades sobre los carbohidratos.
¿Es bueno tomar alimentos ricos en hidratos de carbono? ¿Se deben eliminar de nuestra rutina alimentaria? En una dieta en la que la mitad de la energía del día sea en forma de carbohidratos complejos es la más adecuada en la gran mayoría de las situaciones vitales, te lo explicamos a continuación.
El grupo de los alimentos ricos en glúcidos complejos o de lenta absorción , como la patata, el arroz, el pan, la pasta, las legumbres… son imprescindibles para la salud. Nos aportan energía de larga duración, es decir, son alimentos que se digieren lentamente, y van volcando al organismo combustible de manera gradual. Aún y así, algunas dietas muy restrictivas en este grupo de alimentos, les han dado una “mala fama” ciertamente inmerecida. Para esto es importante saber distinguir los tipos de carbohidratos que existen, y que, por ello, no los podemos meter en el mismo saco de “perjudiciales para la salud”.
Nuestra dieta debe basarse en granos enteros y sus derivados . Alimentos como el pan, las legumbres, la patata, la quinua, el arroz… enteros o en su versión integral, seria la mejor manera de tomarlos. Aunque la fibra nos la aportan también las hortalizas y verduras, que deben estar presentes en cada comida, podemos alternar los cereales en sus versiones integrales o no, también atendiendo a la tolerancia de estas fibras “más duras” en cada persona.
La fruta también nos aporta azúcares, estos son de una digestión más rápida, pero estos contemplados en el conjunto de nutrientes que nos aportan de manera naturalmente presente estos alimentos, son beneficiosos, recordando que debemos tomar de 2 a 3 piezas de fruta al día en su versión entera, es decir con la piel y masticadas, no en formato zumo ni batido, por ejemplo.
Finalmente, los azúcares simples o de absorción rápida, de los que debemos y podemos prescindir , como el azúcar de mesa y sus diferentes versiones, como la fructosa, la miel, los siropes… y todos los alimentos que los incluyan de manera clara como las golosinas, postres, bollería, chocolate, zumos envasados, bebidas refrescantes… Se deben evitar o tomar de manera muy ocasional, y siempre en el marco de un estilo de vida saludable. Nos aportan lo que llamamos “calorías vacías”, es decir energía y nada más, que tomados en exceso pueden favorecer un aumento de peso y enfermedades metabólicas como la diabetes.
Una vez digeridos, estos alimentos nos aportan glucosa, que es el nutriente preferido del cerebro, aunque en realidad todas las células del organismo la pueden aprovechar, también le gusta mucho al tejido muscular, por lo que estos alimentos son especialmente importantes en días de intensa actividad, física o mental, también si queremos adelgazar.
Así pues, en conclusión, diremos que los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos o de lenta asimilación son imprescindibles para la dieta, la cantidad que debemos tomar depende de las necesidades energéticas de cada persona. Aún y así podríamos generalizar, y si nos fijamos en el Plato Equilibrado de la Universidad de Harvard, podemos decir que estarán presentes en cada comida en cantidad moderada.
A partir de aquí, un dietista-nutricionista será el profesional indicado para balancear perfectamente una dieta. Siempre será mejor no creer en falsos mitos ni seguir dietas de moda para perder peso y estar bien asesorados, pues podemos tener inconvenientes tanto por exceso como por defecto.
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