Mitos y verdades sobre las dietas détox y cleanses.

 

Cada cierto tiempo vuelven a ponerse de moda las llamadas dietas detox o cleanses o también llamadas “depurativas”, que prometen “limpiar” el organismo y eliminar toxinas en poco tiempo. Suelen consistir en zumos, batidos o ayunos a base de líquidos durante varios días. La realidad es que nuestro organismo ya tiene sus propios sistemas de “limpieza”: el hígado, los riñones, los pulmones y la piel trabajan todos los días para mantenernos en equilibrio.

Hace falta insistir en que todos estos planes de dieta que prometen milagros suelen ser falsos mitos. Generalmente estas son dietas muy restrictivas y bajas en calorías lo que puede ayudar a generar más tóxicos.

Efectivamente, nuestro organismo, sólo por el hecho de funcionar normalmente, respirar, hacer la digestión, hacer deporte… genera un montón de sustancias oxidantes que debe neutralizar. En algunas personas, esto se ve agravado por tener hábitos tóxicos o por dietas muy desequilibradas, por ejemplo.

Sin más, nuestro organismo igualmente ya tiene los mecanismos naturales para combatir estas sustancias. Lo cierto es que la dieta, puede ayudar favorablemente a que esto suceda, o por el contrario puede ser inadecuada y proinflamatoria.

Estos nutrientes son los antioxidantes , un grupo de vitaminas y minerales esenciales que pueden ayudar a minimizar estos efectos. Se incluyen entre estos la vitamina C, la vitamina A y la vitamina E, además de minerales como el Zinc y el Selenio, que contribuyen a la protección de las células frente al daño oxidativo, además contribuyen a la regeneración celular, refuerzan el sistema inmune y protegen la piel del daño causado por el sol o la contaminación.

Por lo tanto, las dietas detox no son necesarias para “limpiar” el organismo. Lo que sí es imprescindible es llevar una alimentación rica en frutas y verduras frescas, de proximidad y de temporada. Empieza la temporada de cítricos  y de la granada  el superalimento de temporada. Los antioxidantes presentes en la granada, como los polifenoles, han sido objeto de numerosos estudios que demuestran su capacidad para reducir la inflamación y proteger nuestras células del envejecimiento prematuro.

Los cleanses prolongados tampoco son una estrategia recomendable para perder peso. Al principio puede parecer que se baja rápido de peso, pero en realidad lo que se pierde es agua y masa muscular, no grasa. Además, es fácil que aparezca cansancio, mareos o el conocido efecto rebote .

Si buscamos recursos prácticos, podemos hacer pequeños cambios fáciles: cambiar refrescos por agua con limón o infusiones, sustituir la bollería por frutas de temporada como manzana o mandarina, o añadir legumbres a las ensaladas en lugar de embutidos o salsas. También podemos probar una ensalada templada de calabaza al horno, con hierbas frescas, granada, queso feta y garbanzos con un picadillo de jamón serrano Argal y un aliño de limón y aceite de oliva. Un plato sencillo, rico en fibra, hierro y antioxidantes.

La verdadera “depuración” no viene de soluciones exprés, sino de la constancia. Comer variado, aprovechar lo que nos da la temporada y mantener hábitos saludables es lo que marca la diferencia.