Cómo reducir el consumo de azúcar sin sacrificar el sabor.

 

Reducir el consumo de azúcar no significa renunciar al sabor ni a los alimentos que disfrutamos. El problema no está solo en el azúcar de mesa, sino en todo el azúcar añadido que se esconde en productos que tomamos a menudo, muchas veces sin saberlo.

Salsas, yogures, cereales, panes, zumos o bebidas… son solo algunos ejemplos de productos que suelen llevar azúcar añadido, aunque no lo parezca. Por eso es importante leer las etiquetas de los productos , fijarnos en la lista de ingredientes y elegir versiones sin azúcares añadidos siempre que podamos.

Una forma práctica de empezar es revisando lo que tomamos en el desayuno o entre horas. A veces, solo con cambiar el yogur azucarado por uno natural con fruta fresca, ya estamos reduciendo una buena parte del azúcar diario. También podemos optar por tostadas con compota de manzana casera sin azúcar o con unas rodajas de higo u otra fruta, ahora que están en temporada. Las uvas, peras o manzanas también nos dan ese toque dulce natural, pero con fibra y vitaminas.

A media mañana, un bol con yogur natural, pera troceada y canela puede ser una opción fácil y rápida. Si queremos algo más salado, unas tostadas de cereales con pechuga de pavo Argal Bonnatur y tomate natural con aceite de oliva también pueden funcionar muy bien. Para el fin de semana, un bizcocho endulzado con plátano y fruta desecada como unas uvas pasas o unos orejones troceados pueden darnos un toque dulce con un extra de fibra.

Debes saber que nuestro paladar se adapta rápido. Cuando dejamos de tomar azúcar añadido, en pocas semanas empezamos a notar mucho más los sabores naturales de los alimentos, y lo que antes nos parecía “soso”, empieza a gustarnos más. Así que empieza a reducir de manera progresiva el azúcar que añades al café hasta lograr el cero total, verás que no es difícil.

Para las comidas principales, es buena idea usar aliños caseros en lugar de salsas industriales, que a menudo llevan azúcar escondido. Podemos preparar una vinagreta con aceite, limón y mostaza suave, o dar sabor con especias y hierbas.

Reducir el azúcar añadido  no es tan difícil como parece. Solo hace falta conocer dónde se encuentra, hacer pequeños cambios y dejar que el paladar se acostumbre poco a poco. Cambios saludables como disminuir el consumo de azúcar en nuestra alimentación y algunos otros pequeños cambios de hábitos,  tiene un efecto positivo directo sobre nuestro estado de ánimo  y sobre nuestra salud.